jueves, 16 de abril de 2009

INTRODUCCIÓN

Tuvimos un hermoso bebé, que se desarrollaba bien los primeros meses hasta que, en su primer Otoño, a la edad de 7 meses, comenzó a tener durante las noches dificultades para respirar, se despertaba con sensación de ahogo y lloraba mucho, por lo que mi esposa pasaba largas noches sentada y manteniendo al bebé cargado en posición vertical, para así evitar esa sensación de ahogo. El pediatra nos decía que no tenía nada, pero nosotros sabíamos que eso no era verdad, así que fuimos con una segunda opinión.

El segundo pediatra nos comentó que el niño padecía, aparte de las amígdalas, inflamación de la adenoides (aquí aclaramos que las adenoides no pueden ser vistas a través de una revisión médica rutinaria, ya que se encuentran ocultas detrás de la nariz, entre la parte superior de la garganta y la parte inferior de la cavidad nasal), debido a los síntomas que observábamos y seguiría padeciendo más adelante: respiraba por la boca abierta, muy frecuentes infecciones de garganta todo el año (con sus consecuentes tratamientos con antibióticos), escurrimiento nasal por la pared anterior de la garganta, tos, inflamación alrededor de los ojos, molestias alrededor de la nariz, ojos y frente.

A pesar de nuestros cuidados, debido a la falta de una adecuada atención médica y a nuestra ignorancia de los procesos que sucedían en aquellos momentos en nuestro hijo las recurrentes infecciones y resfriados o corizas le provocaron una hipertrofia de la adenoides, lo que le provocó un cuadro de sinusitis que se volvió crónica.

Nuestro hijo fue creciendo, con la atención que éramos capaces de darle según nuestra capacidad para evitar sus resfriados, y sobre todo su interminable tos: Prohibirle los helados y bebidas frías, no mojarse al estar jugando, al jugar, cuidar su excesiva sudoración en la espalda (tiene mucho vello en la misma) y en el cabello, pues tiene demasiado pelo.

Hasta ese momento no sabíamos que tenía Sinusitis, pues no sabíamos a qué especialista acudir para determinar en realidad qué padecía nuestro hijo. Así, nuestro hijo llegó a la etapa Pre – escolar.

Cierto día mi esposa, platicando con la mamá de un compañero de Kinder de nuestro hijo, le comentó que de nuevo ya estaba por llegar el otoño, y su preocupación otra vez los meses de sufrimiento de que casi todo el otoño y el invierno el niño se enfermaba de la garganta y carraspeaba todo el día. Y el ir y venir de con el Pediatra y tratamientos con antibióticos. (Que cambiamos no se cuantas veces, por nuestra desesperación de curar a nuestro hijo).

Así era cada año desde que nuestro hijo tenía 7 meses: de 8 a 10 días con tratamiento de antibiótico, antihistamínico y desinflamatorio; ¿A quien no le suena esto?. Después unos días sano y luego otra vez recaía. Todo esto por aproximadamente 6 ó 7 meses al año hasta que entraba el verano. Siempre pensábamos que padecía de la garganta o las Adenoides.

Entonces su amiga le comento a mi esposa que podría ser una alergia, que lo llevara con un alergólogo para realizarse pruebas alérgicas. Y fue entonces cuando el Especialista nos dijo que tenía una Sinusitis Crónica arraigada ya de mucho tiempo atrás. Que era necesario hacerle unas pruebas para dar buen diagnóstico y ver que tratamiento debía realizarse.

Es por esto que al ver los resultados favorables en nuestro hijo mi esposa y yo decidimos iniciar una investigación más a fondo sobre este tema. Es así que hemos desarrollado este blog, con el fin de crear un sitio interactivo entre las personas interesadas en buscar soluciones al problema de la Sinusitis y retroalimentarnos para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.

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